La tecnologÍa hizo visible lo invisible

por Rocío Ames

Desde la aparición de "SixDegrees" en 1996-97, considerada por muchos como la primera red social, han surgido numerosas plataformas. Muchas desaparecieron sin dejar huella, mientras que otras se han consolidado. Lo innegable es que han hecho tangible el efecto de ayudarnos a reconectar y a encontrar nuevos amigos. En el camino, aprendimos a utilizarlas, a conectar con conocidos y, más tarde, descubrimos que eran una herramienta para contactar con personas que nos gustaría conocer, pero que probablemente no sabían qué podíamos ofrecerles. Este último grupo aún no ha sido explotado al máximo con el beneficio que realmente nos puede diferenciar: desarrollar relaciones de confianza donde es clave dar antes que recibir.

Creo que, más de 20 años después de utilizarlas de forma continua, aún seguimos aprendiendo el verdadero potencial que ofrecen para mostrar al mundo que existimos y darles una razón que los anime a conocernos. Estas primeras décadas nos han enseñado que nos falta desarrollar información previa acerca de nosotros, para que no sea solo una vitrina sino un espacio de reunión, conexión y comunicación, pero sobre todo que nos permita transmitir información fidedigna acerca de quienes somos. Es en este espacio donde empezamos a ser conscientes de la importancia y responsabilidad de gestionar nuestra visibilidad y conocer a fondo lo que nuestra marca personal debiera transmitir.

El Encuentro

Previo a la aparición de las redes sociales, el único espacio de interacción era el físico, presencial, con un alcance limitado a las zonas geográficas. El efecto era directo, ya que la conexión humana siempre estará regida por las emociones. Aquí están por primera vez la marca personal y las herramientas digitales, para vernos y permitirnos explorar aspectos más desafiantes de nosotros que deseamos que otros conozcan y valoren. Ante una realidad en la que la información abunda, satura y distrae, es clave que hagamos un trabajo interno de identificar y reflexionar sobre ese conocimiento diferenciado y valioso que puede ser útil para otras personas.

Hemos sido testigos del alcance y el riesgo que tienen las redes sociales para transmitir un mensaje y difundir información, sea verdadera o falsa, y que empuja a muchos a emitir opiniones, tomar partido y decisiones a veces sin verificar la fuente. Por ello debemos ser conscientes de la responsabilidad que cada uno asume al compartir información de sí mismo, sea en el ámbito personal y sobre todo en el profesional. Nuestra experiencia encuentra aquí una carretera que nos puede acercar a nuevos viajeros. Pero esta oportunidad también nos hizo vulnerables al escrutinio público, a pasar del anonimato a encabezar algun titular originado por comentarios, opiniones y acciones que son juzgadas por tan solo una foto, una nota. ¿Entonces que debemos tener en cuenta? Que la visibilidad está íntimamente ligada a la reputación que tenga nuestro nombre, y a construirla debemos dedicarle tiempo y contenido.

Visibilidad Personal y Profesional

Las redes sociales no solo nos permiten reconectar con personas conocidas o hacer nuevos amigos, sino que también son una plataforma poderosa para visibilizar nuestras experiencias y talentos. A través de ellas, podemos compartir logros personales y profesionales, mostrar nuestro trabajo y proyectos, y construir una marca personal sólida. Plataformas como LinkedIn permiten a los profesionales destacar sus habilidades y conectar con potenciales empleadores o colaboradores, mientras que Instagram, YouTube y TikTok permiten a los creadores mostrar talentos en áreas como la música, la cocina, el arte y muchas otras aún desarrolladas.

Las experiencias personales también encuentran un espacio en las redes sociales. Testimonios de superación, historias de vida inspiradoras y experiencias cotidianas pueden llegar a audiencias globales, generando empatía y conexión. Movimientos sociales y causas importantes han encontrado en las redes un medio para amplificar sus mensajes y movilizar a las personas, dando voz a quienes de otra manera no se escucharían y han convertido a algunas personas en abanderados de una tendencia.

El Riesgo y Cómo Evadirlo

Sin duda, un enemigo latente que nos acecha con frecuencia es la superficialidad. Una simple foto compartiendo una anécdota o un lugar visitado debería ser una oportunidad para prepararnos y causar una impresión duradera, casi imposible de ignorar u olvidar. Sin embargo, no todos somos conscientes de este beneficio y muchos han usado las redes sociales para ponerse una máscara, mostrando una imagen más cosmética que real.

De cara a los desafíos que enfrentamos en los próximos años para no pasar desapercibidos sería importante trazarnos un objetivo que nos plantee las verdaderas razones que nos animan a querer ser conocidos y darle un sentido y significado a nuestra marca personal. Eso será principalmente la luz que guie nuestras acciones.

Anterior
Anterior

Desarrolla habilidades digitales para potenciar tu Marca Personal

Siguiente
Siguiente

Emprendimiento en Personal Branding Caso de éxito: PB. Academy