MARCA PERSONAL: BASADA EN HECHOS REALES Y HUMANOS.

por Guillem Recolons

Hay dos palabras fatídicas en personal branding: “crear” y “construir”.

Eso es lo que hacen los personajes, los trolls, los bots. Nuestra marca personal e identidad no parten de cero. Están ahí, en todo ser humano.

Crear una identidad digital te puede convertir en un troll

Estamos tan influidos por la cultura anglosajona, que a menudo, sin pensarlo, traducimos literalmente frases muy utilizadas ahí del tipo “build your personal brand” como “construye tu marca personal”.

Eso puede llevar a confusión, ya que no hablamos de crear la marca de un personaje, sino de un ser humano real, de una persona. Si se llama “marca personal” es porque se basa en hechos reales y contrastados, en la vida misma de un ser humano.

Si creas una identidad digital distinta a la tuya real, lo has logrado, te has convertido en un troll.

Crear un personaje puede estar justificado

No tengo nada en contra de la creación de marca personaje, de hecho, una clienta mía lo creó con mucho acierto porque quería desvincularlo de su yo verdadero y hacerlo a medida de los más pequeños, como cantante y animadora infantil.

Y uno de mis mentores cuando empecé a trabajar en publicidad, José María Rubio, creó años más tarde con éxito un personaje, un alter ego, llamado Sr. Barragán, un cómico conocido en España que ha participado en diversos largometrajes (Serie “Torrente”).

Tiene sentido crear una marca personaje cuando, por razones personales o profesionales, no se quieren “dañar” o “influir de cualquier manera” los apellidos familiares o se busca una opción más afín a un público muy específico (Ejemplo: @yoriento de Alfonso Alcántara, coach y orientador laboral).

La marca personal y la identidad se basan en hechos reales

Identidad es lo que somos, marca personal es identidad percibida por los demás y por nosotros mismos. Y aunque pueda existir una interpretación distinta en base a quién recibe la percepción de marca, siempre se basa en una persona real y hechos reales.

Recordemos que una marca personal puede ostentar distintos ROLES. Yo puedo ser padre, consultor, hijo, hermano, colega, amigo, conferenciante, y en cada caso adaptaré mi lenguaje y comportamiento a mi interlocutor, sin falsear mi realidad.

Reduccionismo y economía de la atención

La economía de la atención nos trae ciertos peligros relacionados con el descuido de formas verbales, reduccionismo y abuso de eufemismos.

“Es posible afirmar que la producción de valor a través de las plataformas digitales ya no requiere necesariamente de la atención humana. La extracción de datos no ocurre de manera exclusiva a través de la captura de la atención de los individuos” (1).

Estas palabras deberían ponernos en “alerta de deshumanización”, aunque no podemos luchar contra la tecnología. Es más interesante aprovecharnos de ella.

Yendo a lo nuestro, “crea tu marca personal” es reduccionista y confuso, pero es una gran llamada a la acción, utilizada por el 90% de los consultores en Personal Branding.

El recurso del eufemismo

Nuestra mente se ha acostumbrado al eufemismo, al maquillaje lingüístico. Es esa palabra o expresión que se utiliza en sustitución de otra cuya expresión sería dura o malsonante.

Aquí algunas muy comunes (2) y su significado real.

Crecimiento negativo / Decrecimiento

Regulación de la plantilla / Despidos masivos

Flexibilizar el mercado de trabajo / Abaratar el despido

Daños colaterales / Víctimas inocentes

Moderación salarial / Congelación de salarios

Activos adjudicados / Embargos

Cese temporal de convivencia / Divorcio

Regularización fiscal / Amnistía fiscal

Recargo complementario temporal de solidaridad / Subida de impuestos

Inyectar liquidez a la banca / Dar dinero público (nuestro dinero) a los bancos

Restricción de movilidad nocturna / Toque de queda

La marca personal no parte de cero

Ya utilicé una metáfora (no un eufemismo) hace algunos años en Soymimarca (3): La marca personal es como la materia, ni se crea ni se destruye, solo se transforma.

Pienso que refleja bien la idea que no debemos crear ni construir nada.

A mi juicio, debemos identificar (cuál es mi marca personal -diagnóstico-), desarrollar (modelo de negocio, propuesta de valor, mensaje -estrategia), y proyectar (comunicación, networking, KPI’s -visibilidad).

Podemos hablar de impulsar nuestra marca personal, de comunicarla, de ponerla en valor, de hacerla pública. Busquemos el verbo de acción que queramos, pero pensemos que “crear” o “construir” no refleja con exactitud el trabajo del personal branding (la gestión de nuestra marca personal).

Lo correcto sería modificar el reduccionista “crea tu marca personal” por “Identifica, desarrolla y proyecta tu marca personal”. Lo sé, pierde glamour y contundencia, pero se ajusta mejor a la realidad de lo que es un proceso de Personal Branding.

¿Tan difícil es que nuestra identidad digital sea un espejo de la identidad real?

Visto lo anterior, vigilemos con la idea de la identidad digital. No confundamos el medio con el fin, y aquí, digital es un medio, identidad es el fin.

Si queremos una marca personal coherente y auténtica, nuestro yo real, presencial, debería ser el mismo que nuestro yo digital.

Ya sabes, mejor que nuestra identidad sea única y que, al igual que la marca personal que proyectamos, sea 100% humana y esté basada en hechos reales.

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