PERSONAL BRANDING DESDE JESÚS DE NAZARET HASTA NUESTROS DÍAS.

por Fernando Rios

En los últimos años hemos observado un crecimiento avasallante de las comunicaciones de las marcas, tratando por todos los medios de sobresalir en un océano de competidores, corriendo el riesgo de alejarse de su propósito y fin único, conectar humanos con otros humanos. En esta búsqueda constante de diferenciación los medios digitales tienen un peso muy importante ya que han servido como canal directo entre las marcas y su público, sin embargo, el reto observado está relacionado con la personalización de la comunicación para masas. Con todas estas variables, retos y objetivos suele pasar que en el camino se pierda la esencia de la marca y nos enfoquemos en la táctica y los números, y ¿Cómo podemos hacer para no desviarnos del camino?

Seguramente has escuchado con anterioridad sobre marca personal, pero ¿Cómo la conceptualizaríamos? Una marca personal es todo aquello que nos define, nos diferencia de los demás y nos permite dejar un rastro que genera una percepción de nosotros entre las personas. Nos permite generar beneficios a otras personas de forma consciente y en el proceso nos permite construir un vínculo emocional con los interlocutores.

Y es que no podemos hablar de marketing y marca sin conocer sobre las tendencias actuales de mercadeo, dónde ya la atención no está enfocada solo en el producto/servicio, sino en las personas, recordar que somos personas y que hablamos con personas, lo cual nos lleva directamente a hablar sobre Marketing humano. Para ello les presento un modelo proveniente de las intersecciones entre diferentes disciplinas del conocimiento como lo son la psicología positiva, el liderazgo en servicio, la gerencia, el mercadeo y la marca personal, el “Modelo de 8 dimensiones humanas” nos permite diseñar y evaluar estrategias de marca con una visión humana en pro de la generación de bienestar a partir del ofrecimiento de la esencia y/o propuesta de valor de la marca a su público:

  • Dimensión física/cuerpo

  • Dimensión emocional

  • Desempeño social

  • Relación con el planeta

  • Dimensión profesional /intelectual

  • Dimensión espiritual

  • Propósito de vida

  • Relación con la comunidad

Teniendo presente estas dimensiones no solo se explora la faceta más humana de cualquier marca, sino que al mismo tiempo aportamos al bienestar de la persona que la representa y su impacto en el entorno.

Ahora bien, llevando el “Modelo de 8 dimensiones humanas” a una prueba ácida y validando su pertinencia se hizo una indagación sobre, posiblemente, una de las marcas personales más insignes de la historia humana, “Jesús de Nazaret”.

Para desarrollar o evaluar cualquier marca personal se identifican tres etapas: autoconocimiento, estrategia y plan de visibilidad. El autoconocimiento permite tener claridad de las fortalezas, debilidades, pasiones, propuesta de valor, su visión y misión en el mundo, es decir, su propósito. La estrategia busca entender el entorno donde se desenvuelve, el público objetivo, la competencia y el posicionamiento entre otras definiciones. Por último, el plan de visibilidad contiene la mezcla de medios y acciones a implementar, así como la definición de indicadores para medir la efectividad de la estrategia.

Haciendo un breve resume podemos identificar su mensaje principal, definido en dos mandamientos o formas de vida, amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a si mismo. Lo anterior se evidencia tanto por sus palabras como por sus obras.

El primer paso fue evaluar a Jesús desde tres perspectivas, personal, social y profesional; permitiéndonos discriminar aspectos en las 8 dimensiones del modelo:

Jesús persona:

Existen extractos donde se evidencia el disfrute de una buena comida, el vino y compartir; posibles indicios sobre la consideración de la dimensión física y social. A lo concerniente a su relación con la comunidad no hay demostraciones de haber sido afectado por no cumplir con la convención de tener una pareja y descendencia antes de los 18 años, establecimiento social de la civilización de esa época.

En la etapa pública se encuentran evidencias de momentos donde Jesús expresa sus emociones, tanto de rabia cuando expulsó a vendedores y cambistas del templo (Juan 2, 13-25), como de angustia o miedo mientras rezaba a solas en el huerto de Getsemaní antes de su pasión y muerte (Lc 22,43-44).

Jesús social:

En la relación con su familia se puede interpretar de las escrituras que Jesús presentó pocos choques de comportamiento con sus padres, en una oportunidad, según expresa Lucas 2, 41-52, Jesús no obedece a María y José en el regreso a Nazaret y se queda en el Templo en Jerusalén, sin embargo, son pocos casos donde se evidencia dicho comportamiento. Lo cual puede permitir una suposición que su relación con sus padres fue de respeto, obediencia y amor.

Las escrituras hablan de “hermanos” de Jesús, término utilizado para demostrar, según interpretación teológica, familiaridad no consanguínea directa, sin embargo lo importante a validar es su relación con el entorno. Podemos inferir que tuvo una vida social positiva con la única acotación relacionada a no evidenciar una relación de pareja estable. Evaluando se puede generar la hipótesis de que Jesús tuvo una vida social relativamente sin grandes alteraciones o extremos durante su vida privada.

Jesús profesional:

Podemos hacer un ejercicio de evaluar la vida profesional de Jesús como su vida pública, donde se evidencia un crecimiento en conocimiento, descubrimiento, entendimiento de su propósito de vida y puesta en marcha del anuncio y obras de su mensaje principal. En esta etapa se evidenció el desarrollo de su dimensión espiritual, su vinculación con el prójimo y menciones sobre el origen del cielo y la tierra, creaciones de Dios.

Asumiendo el riesgo de mala interpretación puedo hacer algunas suposiciones sobre características adicionales de la marca personal de Jesús, tales como:

Visión

Que todos los hombres se salven.

Misión

Anunciar el reino de Dios con palabras y obras.

Propuesta de valor

Devolver la dignidad al ser humano que la ha perdido, haciendo el bien y comunicando la esperanza que el reino de Dios está aquí pero que hay que construirlo con nuestras obras de bien y amor a Dios y al prójimo.

Público objetivo

Personas que han perdido la dignidad por pobreza emocional, física, espiritual o enfermedad.

Plan de comunicaciones

La estrategia de visibilidad elegida por Jesús fue de acción y verbo. 100% oral, no se generó ningún escrito propio de Jesús. Se evidencia en los evangelios una tradición oral a través de parábolas y conversaciones con sus discípulos y apóstoles. Jesús recluta a un grupo de personas, enseña, corrige, apoya, ama. Jesús le da esperanza al pueblo, le muestra que son importantes para Dios, los cura, les da de comer, los libera, les nutre el alma.

Jesús pasó por este mundo haciendo el bien y mostrando una forma de vivir y por lo tanto dedicó mucha energía en enseñar a sus discípulos, con palabras y obras. En Mateo 13, 10-12; “Los discípulos se acercaron y preguntaron a Jesús: ¿Por qué les hablas en parábolas?. Jesús les respondió: <A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos, no>.”.

Jesús capta, enseña, alecciona, empodera y encomienda su misión a sus discípulos y los convierte en apóstoles. Los convierte en embajadores de marca.

Mi evaluación de la estrategia comunicacional de Jesús está fundamentada en la formación de embajadores de marca, donde no solo para la iglesia sino para cualquier organización es importante considerar ya que sigue estando vigente en nuestra época.

Según la Real Academia Española un embajador es: “Persona, entidad o cosa que, por ser característico de un lugar o país, se considera representativo de ellos.”

Cuando vinculamos el término a una empresa o marca nos referimos a esa persona que vive la esencia o identidad y es capaz de comunicar todo lo que representa a la organización, sus valores, el mensaje, su razón de ser. Un embajador de marca abre paso, fortalece su imagen y potencia su vinculación con su audiencia.

Mi propuesta a continuación nace de la evaluación del método de Jesús, donde la clave de todo el proceso fue ganarse el corazón de sus discípulos o embajadores y para esto se requiere llevar a cabo los siguientes pasos:

Identificación:

Se debe buscar a esas personas que presenten cierta afinidad emocional, actitudinal y de valores con la organización/marca. Es decir, en el caso de la iglesia sería conseguir de nuevo los 12 apóstoles.

(Re) descubrimiento:

Este paso se debe entender desde dos perspectivas, la perspectiva del ser humano y de la marca/organización. Hay que entender muy bien a la persona, qué le apasiona, cuáles son sus valores, qué está buscando en la vida, cuál es su situación actual, qué le hace feliz, qué le pone triste, por qué sufre y qué necesita actualmente.

Desde la perspectiva de la marca/organización, es necesario entender su propósito de una forma más humana, emocional, desde el entendimiento real de su propuesta de valor y los beneficios tangibles y emocionales que ofrece a su audiencia.

Alineación:

Aquí, inicialmente se hace una identificación de los principales valores de la marca/organización y de los posibles embajadores. Luego se segmenta o agrupa a los posibles embajadores por motivaciones o valores comunes. Como paso siguiente se busca emparejar o hacer un match entre las personas y su valor principal y alguno de los valores principales de la marca/organización. En esta etapa entendemos si la persona puede o no ser un embajador al identificar su valor principal y no encontrar coincidencia con alguno de la marca/organización. Se busca alinear a los embajadores de marca desde su valor principal como ser humano y algún valor de la marca/organización.

Potenciación:

Esta etapa consiste en formar y capacitar a los embajadores para potenciar sus fortalezas y que ellos mismos las entiendan como fortalezas y se hagan conscientes de eso para que las puedan utilizar de una forma deliberada. Esto con el fin de que sea su principal herramienta de acción para ayudar al prójimo.

Repetición:

Si utilizamos como ejemplo a la iglesia y su forma de actuar, la principal herramienta utilizada por Jesús fue la repetición, Jesús por medio de la acción constante, las evidencias de su vida, logró formar en su misión a sus discípulos y apóstoles.

El objetivo de esta etapa es crear un hábito para luego formar un comportamiento. Un hábito utilizando la principal fortaleza que se potenció en la etapa anterior y desde la acción concreta. Para ello se diseñan actividades repetitivas donde se utilicen esas fortalezas y que estén vinculadas con los valores y acciones organizacionales. Es recrear actividades que permitan utilizar las fortalezas.

Comunicación:

El objetivo de esta etapa es identificar qué mueve al embajador a transmitir algún mensaje, mi hipótesis es el amor, sin embargo, lo podemos evaluar desde un punto de vista personal y pudiésemos conseguir la satisfacción personal de hacer el bien. Si es de esa manera vamos a buscar entender cómo logramos que nuestros embajadores se sientan satisfechos por ayudar con obras a otros. Luego de esto vamos a entender los medios de comunicación con los que cada embajador se sienta más cómodo y potenciaremos su desarrollo para que pueda transmitir la misión de la marca/organización en verbo y obra.

Entendido esto, el objetivo principal de la formación de embajadores de marca es hacer el bien desde la esencia de la marca/organización, es transmitir la misión para generar beneficios al público objetivo, sin embargo, las consecuencias de hacer esto es lograr la sostenibilidad, crecimiento y permanencia de la marca/organización en el tiempo.

El embajador se hace uno con la marca, y a su vez lo lleva a otros aspectos de su vida, incluidas las Redes sociales, Blogs, y el futuro del internet.

Recordemos una vez más que la marca personal es la huella que dejamos en nuestro entorno, es nuestra esencia generando valor a alguien, es la manera como interactuamos con la gente y como impactamos sus vidas, o no. Profundizando y entendiéndolo de una manera más actual, el Personal Branding o desarrollo de marca personal es una disciplina que utiliza herramientas de coaching, la gerencia y el mercadeo para ayudar a las personas a ganarse la vida haciendo lo que aman hacer.

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