Marca Personal más Humana
por Fran Segarra
La Inteligencia Artificial (IA) ha experimentado avances significativos en los últimos años. La ya denominada como “La era de la IA" ha comenzado. Y pese a que cuando hablamos de tecnologías inteligentes, pensamos en que se trata de algo que no nos afecta todavía, o que es algo que todavía tardará algunos años, lo cierto es que su impacto en diversas áreas de nuestra vida cotidiana es innegable.
Uno de los campos en los que la IA está revolucionando la forma en que interactuamos y nos relacionamos es en la construcción de la marca personal. Por ejemplo, en el campo de la interacción en las redes sociales, los algoritmos de IA pueden analizar grandes cantidades de datos en tiempo real, lo que permite a las plataformas identificar y entender mejor los patrones de comportamiento de los usuarios. Esto se traduce en una experiencia más personalizada, ya que la IA puede mostrar contenido relevante y sugerir conexiones basadas en los intereses y preferencias individuales.
Esto influye directamente en la construcción de una marca personal porque juega un papel crucial en la gestión de la reputación online, tanto personal como profesional. No obstante, la influencia de la IA en la gestión de las redes sociales y la marca personal también plantea desafíos y preocupaciones. Existe el riesgo de que la IA pueda perpetuar burbujas de filtro y sesgos al presentar contenido personalizado, limitando la diversidad de perspectivas y opiniones a las que los usuarios están expuestos. Por ello es imprescindible promover el pensamiento crítico, para evitar quedar encerrados en una cápsulas de conocimiento que se nos presenta por defecto, bloqueando nuestro avance y desarrollo de marca personal.
Además, la automatización impulsada por la IA también puede llevar a una pérdida de autenticidad y conexión humana. A medida que los chatbots y los asistentes virtuales se vuelven más sofisticados, es importante encontrar un equilibrio entre la eficiencia y la autenticidad en la interacción con los seguidores y clientes.
Lo cierto es que, pese a que la IA está transformando la forma en que gestionamos nuestra presencia on-line y la construcción de nuestra marca personal, la tecnología nos permite una gran ayuda gracias a la automatización y delegación de tareas de las que nos podemos “despreocupar”. Eso nos ayuda a centrar todos nuestros recursos en proteger una interacción genuina, auténtica y humana en el entorno digital. Lo más difícil, por supuesto, es atreverse a mostrarse vulnerable, empático, emocional y en definitiva... humano. En resumen: cuanto más tecnológico sea el contexto en el que queremos desarrollar nuestra marca personal, más deberemos mostrar nuestra parte humana.