VISIBILIDAD, DESDE LA COHERENCIA Y LAAUTENTICIDAD.

por Jane Del Tronco

Si queremos conectar e influir, dentro o fuera de la red, es esencial generar confianza. Busca en tu interior y comparte con los demás aquello que realmente te mueve, lo que les puedes ofrecer de valor y lo que te hace especial. Hazte visible desde lo que conecta contigo de verdad, ¡y con ellos!

Aún hay quien piensa y afirma que trabajar nuestra Marca Personal está íntimamente relacionado con tener mucho ego, e incluso que lo que se proyecta no necesariamente está basado en la realidad. Y en otros casos se proclama, con una visión un tanto reduccionista a mi juicio, que la Marca Personal se refiere fundamentalmente a cómo trabajamos nuestra visibilidad en redes sociales, nuestra identidad digital. ¡Pues nada más lejos de esto!

Vayamos por partes.

“La marca Personal no responde a la verdad”. Ya... ¿y qué más? ¿De verdad que aún hay gente que piense esto? Pues dejadme que lo desmonte...

Para que una Marca Personal funcione tiene que conectar.

Y esto requiere, por un lado, que el profesional lo haga desde la generación de confianza, algo imposible si no es desde su autenticidad y de mostrar también su lado personal; y, asimismo, que lo que ofrezca sea de verdadero valor para el otro, para sus clientes o público objetivo. Es decir, la fórmula funciona si lo que “vendo” es porque alguien lo “necesita”; porque contratándome, ya sea como profesional por cuenta propia o ajena, espera conseguir que le solucione su problema, que le ayude a conseguir un objetivo o a afrontar mejor un reto. Y esto, sin confianza y sin estar basado en la verdad, no cuaja.

Sin autenticidad y valor “de verdad” para el otro, no hay confianza; sin confianza no hay conexión; sin conexión, no hay influencia; y sin influencia, ¡no hay venta!

Entonces, la Marca Personal... ¿de qué va? ¿De mí? ¿De ti? ¿De los dos? Pues digamos que de algún modo sí, ¡de los dos! Naturalmente que ha de responder a mi propósito, a mis objetivos profesionales, alineados estos y en coherencia con mis valores y la vida que quiero. Pero también ha de estar basada en lo que mi target busca en mí como profesional, en lo que puedo hacer por él, en las soluciones que le ofrezco; lo que denominamos nuestra propuesta de valor. De modo que mi posicionamiento de Marca Personal, es decir, lo que busco que los demás piensen de mí, o ese “espacio en su cerebro” que quiero ocupar - como dirían Al Ries y Jack Trout en su libro - tiene que responder sí o sí a lo que ellos necesitan, ofreciéndoles desde ahí lo que puedo hacer por ellos.

Si no, pensémoslo un momento. Cuando alguien nos quiere vender algo (ya sea un producto, un servicio, una idea, o su propio trabajo como profesional), ¿qué pregunta busco yo que responda? Pues en inglés lo resumen con las siglas WIIFM – What’s In It For Me – que viene a ser algo así como “¿y de lo mío qué?”. Sí, sí... Cada vez que alguien se nos acerca ofreciéndonos algo para que compremos, o nos queda muy claro para qué nos puede servir, si puede ser o no de valor para nosotros, ¡o no hay venta! Claro que, cuando hablamos de Marca Personal, bien deberíamos alterar parte de las siglas, y hablar más bien de WI(Y)FM – sustituyendo el It por el You, obviamente.

Así que, la próxima vez que te venga a la cabeza que “trabajar tu Marca Personal implica un exceso de ego”, recuérdalo:

Tu Marca Personal será efectiva según seas capaz de transmitir una promesa de valor clara y atractiva para quien estás tratando de “venderte”. Tiene que ver contigo, ¡y con ellos!

Conectamos desde nuestra autenticidad y nuestra coherencia, sin dobleces, generando confianza; e influimos desde lo que podemos hacer por los demás, desde una propuesta o promesa de valor clara, atractiva y fundamentada en la verdad. Pero... ¿y la visibilidad? ¿Cómo llego a que los demás sepan lo que puedo hacer por ellos?

“La Marca Personal se refiere fundamentalmente a cómo trabajamos nuestra visibilidad en redes sociales, a nuestra identidad digital”. Claro, ¿aún con estas? Pues permitidme irme bien atrás en los tiempos. En la época de Jesucristo no había internet, ni televisión, ni nada parecido. Y no por ello no fue capaz de dejar bien clara su propuesta de valor, lo que podía hacer por los demás, y de transmitir así su mensaje.

Naturalmente que las redes sociales han ayudado mucho, y ayudan, a hacernos visibles, a proyectarnos bien lejos y tener así un gran alcance. Pero también es cierto que en algunos casos a nuestros clientes los vamos a encontrar en otros lugares, a través de otros medios, más o menos tradicionales, en los que poder conversar, entender qué necesitan y proponerles colaborar.

Cuidar nuestra identidad digital y tener un mínimo de presencia en la red es clave, porque todos nos buscamos, nos googleamos, y queremos saber; y también porque conectar por primera vez, posicionarnos y empezar a conversar puede resultar mucho más fácil. Pero no me cansaré de decir que en la mayoría de las ocasiones ese contacto se convierte en venta efectiva en un entorno donde es más fácil empatizar y generar confianza. ¿Sabes ya a qué me refiero? En mi experiencia, una red como Twitter te puede descubrir a alguien; otra como LinkedIn te puede ayudar a conectar desde un plano más profesional e incluso comercial; pero la verdadera empatía, la conexión y la venta, van un paso más allá: poniéndonos cara y escuchándonos, con el tú a tú, ya sea presencial, o virtual. Y esto también es trabajar tu Marca Personal. ¡No lo olvides!

Anterior
Anterior

¿QUÉ PUEDE HACER EL PERSONAL BRANDING POR EL TALENTO SENIOR?

Siguiente
Siguiente

SER AUTÉNTICO EN EL MUNDO VIRTUAL.